Antes de empezar con todo eso sabías cómo sería el final, sabías cómo terminaría todo. Aun así, le diste una oportunidad, le concediste el beneficio de la duda a algo que sabías que terminaría mal. Siempre quedó la esperanza de que fuera diferente, de equivocarte. Pero no sueles equivocarte con estas cosas. Debiste escuchar a tu intuición, y una vez más, decidiste ignorarla.
R.P.
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